Wednesday, June 15, 2005
Zapatos
A él le gusta mirarme es uno de sus placeres... tal vez el mayor, lo sé; no por que me lo haya confesado simplemente lo sé.
Me ha traído aquí, sin resistencia de mi parte, él desea verme todo el día, verme con la luz del sol, en la cotidianeidad, sin interrupción... sin prisa.
Con mis zapatos altos bajo y subo la escalera, me preparo un café, me tumbo en el sillón, miro a los pájaros desde el jardín. Pienso: la vida es buena, la vida es tranquila, la vida está en el corazón.
Él rentó esta casa para contemplarme día y noche, mi imagen llenar sus pupilas. Para mi delicioso... por dentro por fuera, sentir el sol en la piel, sentir su mirada. Lo he aceptado, ambos complacidos.
Mañana regresaremos a la realidad, ¿podré regresar? No lo sé, quizás él me pida aquí permanezcamos... sin pensar lo aceptaré.
No sé cómo podré volver al mundo, después de gozarlo a él, de abrir la puerta, de vivir sin ataduras, no sé cómo podré ponerme la vestidura de las convenciones, de las hipocresías. No podré volver a vestirme... lo juró, después de estos dos días de vestir únicamente mis zapatos...
Fabiola
Junio 2005
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1 comment:
Te sugiero revises el cuento, porque tiene algunos errores. Y ya veo que tu tematica se esta volviendo hablar de mujeres en situaciones de franca clandestinidad, pero bueno, alguien tiene que escribir de eso.
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